Como custodio de los datos de salud mundial, la OMS debe desarrollar, mantener y garantizar altos estándares mundiales en la recopilación, procesamiento, síntesis y análisis de datos. Este papel normativo de la OMS es fundamental para garantizar la puntualidad, confiabilidad y validez de las mediciones, asegurando la comparabilidad de los datos y permitiendo al mundo rastrear tendencias, progresos e impacto.